West Side Story

¿Por qué correr los riesgos de hacer una nueva versión de un clásico?

 Por algo los clásicos se llaman así, son obras cumbre, que no son afectadas por eltiempo y  que difícilmente podrán ser superadas en una nueva adaptación. Es inevitable la comparación entre ambas versiones (nueva y clásica) y es casi inevitable salir perdiendo frente a un clásico (si el clásico pierde es que quizá no lo era). Entonces ¿por qué arriesgarse?

Justo cuando se cumplen 60 años del estreno de West Side Story, uno de los musicales más importantes de la historia del cine, Steven Spielberg ha decidido estrenar una nueva versión del film, manteniendo la música y la época del original, pero realizando algunos cambios algunos para bien, otros no tanto.

El primer cambio se nota desde los minutos iniciales, el brillante esplendor del technicolor ha sido reemplazado por un colorizado digital que le resta brillos y en el que predominan los tonos sepia. Igual los escenarios exteriores, han sido cambiados por otros más decadentes y en ruinas, que da la impresión de que la película se ambienta en una zona de guerra, en lugar de un barrio cuyas casas se están demoliendo.

Luego están los Jets, que curiosamente lucen menos rubios y claros que en el original y los Sharks, esta vez sí interpretados por auténticos boricuas y no por actores blancos con los rostros oscurecidos con betún (uno de los pocos cambios positivos).



El casting no está nada mal Ansel Elgort encarna con convicción al enamorado Tony y además no desentona nada cantando las letras del gran Stephen Sondheim y musicalizadas por el inolvidable Leonard Bernstein. Rachel Zegler está también muy bien como María, creando un personaje algo más vivaz que el de la versión original. 

Igual destacan Ariana de Bosé quien muestra sus dotes para el baile y canto, David Alvarez el nuevo Bernardo habla y luce más auténtico que el de la versión original. Pero el detalle más feeling ha sido la inclusión de Rita Moreno, la única sobreviviente del elenco original, en un papel creado a su medida (otro cambio acertado).

Moreno a sus más de 90 años, cantando Somewhere (There is a place for Us), es uno de los momentos más conmovedores de la película y es muy probable que por esta escena gane el premio para el que ha sido nominada.

La coreografía de Justin Peck rinde homenaje en varios momentos a la de Jerome Robbins, pero también se atreve a dar sus propios pasos que se lucen por ejemplo en la escena del baile en el coliseo, o lucen algo exagerados como en el tema I like to live in America, más simple y más cómico en el original.

Lamentablemente los cambios impuestos en la escena final también lastran esta nueva versión. En el original estaba más claro las razones por las cuales los Sharks terminan uniéndose al improvisado cortejo de Tony, algo que queda claro en esta versión 2021.

Concluyendo, se trata una muy buena película de Spielberg aunque lejos de la calidad del original. Cuando terminamos de verla, nos dan ganas de salir corriendo a buscar la versión de 1961. Por ello creemos entonces que la película cumple con acercar este clásico a las nuevas generaciones y eso quizá sea la respuesta a la pregunta con la que iniciamos esta reseña.


Comentarios

Entradas populares