Elvis

 Bazz Lurhman (1962) es el realizador australiano más exitoso en estos momentos, y se le puede reconocer fácilmente por unas  marcas de estilo que están presentes en casi todas sus películas, desde la primera Strictly Ballroom (1993), pasando por Moulin Rouge (2001) o el remake de The Great Gatsby (2013). Solo el drama histórico Australia (2008), tiene un estilo más "normal". 

Todas ellas llenas de colores brillantes, en muchos casos saturados, con abundante música de fondo y el uso de una amplia batería de efectos y recursos (tanto de cámara como en post producción), que definitivamente llaman la atención, aunque algunos espectadores pueden encontrar algo difícil seguir el hilo de sus films en medio de tanta parafernalia.

Con estos antecedentes era muy probable que Elvis también ostentara este estilo, y sea un biopic, bastante peculiar. Así es que desde los primeros planos, somos testigos de un film frenético, repleto de colorido, con escenarios recargados, pero dándole felizmente protagonismo a la música, y no hablamos solo de la música quie hizo Elvis Presley, sino también del rhythm and blues y gospell que lo inspiraron.



Otro punto particular de este Elvis de Lurhman, es que está contado desde el punto de vista de quien vendría ser el villano de la historia; el coronel Tom Parker, quien en la vida real manejó la carrera de Presley hasta su muerte, y que en el film aparece bastante exagerado, grotesco, como un ogro sacado de un cuento de terror.

La película avanza recreando algunos momentos importantes en la historia de Presley, que Lurhman a veces los relaciona con otros momentos del pasado alternando imágenes de distintos tiempos y también recreando conciertos y presentaciones con encuadres sumamente recargados de elementos: barroquismo duro.

En cuanto a las actuaciones, Austin Butler, convence como Presley a pesar de su físco algo más delgado y su recargado maquillaje. Convence también Olivia de Jonge como Priscilla, a pesar que aparece en pocos momentos. No convence tanto Tom Hanks, quien como ya hemos mencionado ha creado un personaje exagerado y con un acento que sonaba más al Viktor Navorksy de The Terminal (2004), que a un supuesto norteamericano.

El resto del elenco, a pesar de ser meros satélites alrededor de Elvis cumplen sin destacar mayormente.

Concluyendo, se trata de un biopic bastante original, vivo ejemplo del barroquismo de Lurhman (aunque no es su mejor obra), que tiene además una excelente banda sonora, y si bien tiene 7 nominaciones, es difícil que se lleve más de un Oscar, salvo que algunos miembros quieran homenajear a la recientemente fallecida Lisa Marie, premiando este film.

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