Roma
Se ha
escrito mucho sobre Roma, tanto que lo que existe, daría para publicar ya
varios libros. Este hecho nos da una idea de la importancia que ha adquirido
esta película en tan poco tiempo, importancia que la ha llevado al peligro de
ser víctima de su propio éxito (como ocurrió hace unos años con La la Land), y
que tenga además de seguidores, detractores.
Pero aparte de esos hechos extracinematográficos, Roma es una película única, sólida y que les guste o no a muchos, se ha constituido en un hito de la cinematografía mundial, que marcará un antes y un después en aspectos como la consolidación del streaming, los insertos digitales como
elementos de dirección de arte, las posibilidades del blanco y negro, entre otros.
La película nos cuenta la historia de Cleo, la servidora mixteca de un hogar con una familia numerosa, que poco a poco va adquiriendo mayor protagonismo, sobre todo a raíz del abandono del padre a su familia.
Toda esta trayectoria de Cleo, nos es mostrada por medio de una distancia y frialdad, poco usuales en este género tan querido por los mexicanos, que es el melodrama. Existe además una original combinación de movimientos de cámara (grúas, paneos circulares, travellings), con planos fijos, contemplativos, que muchas veces lucen muy recargados y además llenos de claves y simbolismos, que muchos críticos y cineastas han empezado a descifrar ya.
Aunque a veces no se nota, hay también un gran trabajo de composición digital en post producción: el director ha recurrido muchas veces a las inserciones digitales, para integrar elementos que ya no están allí, y de esta forma mostrarnos de la manera más aproximada posible las imágenes que él
conserva de sus recuerdos.
Y eso es uno de los logros más importantes del film, Cuarón ha logrado crear imágenes poderosas, de gran poder evocador, no solamente para un mexicano habitante de las colonias del Distrito Federal (como había dicho por allí un despistado), sino para cualquier habitante del planeta, especialmente para los que fuimos niños, en aquellos años.
En cuanto a las actuaciones, obviamente destaca la debutante Yelitza Aparicio en el rol de Cleo, y lo hace tanto porque encarna con gran naturalidad al personaje, como también porque su personaje tiene un protagonismo aplastante, prácticamente no hay escena en que no aparezca, y los demás personajes se quedan muchas veces al nivel de un elemento más de la escenografía, aunque esto no es necesariamente un defecto.
Está también el aspecto de los contenidos que toca la película: rol de la servidumbre (tan común en América Latina), las convulsiones político-sociales de los ‘70, el paternalismo, la situación de la mujer, el abandono familiar, la segregación de las clases menos favorecidas, la crisis de la familia, en fin tantos temas de debate que la película ha generado, pero que no vamos a tocar aquí porque como dijimos el inicio, se necesitarían varios libros para tratar estos temas.
Concluyendo, creemos que Roma ha ganado los premios que ha ganado y ha llegado a tener diez nominaciones en el Oscar, no por moda, ni por situaciones extracinematográficas (como los récords que ha marcado: primera película en español en ser nominada a mejor película), creemos que ha llegado hasta aquí por sus propios méritos y es por eso que pensamos que se llevará varias de las estatuillas a las que ha sido nominada
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