El Asesino

David Fincher es en estos momentos quizá uno de los directores con una personalidad más destacable en Hollywood actual, una personalidad labrada a través de años de buenas películas entre las que podemos mencionar Seven, The Game, Fight Club, Zodiac, The Social Network y Mank (esta última para Netflix), a la vez con una participación decisiva en series (también para Netflix) como la versión norteamericana de House of Cards y Manhunter, trabajo que lamentablemente ha dejado inconcluso.

Ahora ha regresado con El Asesino (The Killer), thriller basado en la novela gráfica del mismo nombre de Alexis Nolent e ilustrada por Luc Jacamon y cuyo guion ha sido escrito por Andrew Kevin Walker. 

Parte de su origen de comic se ve revelado en los minutos iniciales, cuando lo único que escuchamos es la voz en off del protagonista (un siempre eficiente Michael Fassbender) hablándose a sí mismo, recordando los consejos que lo han llevado a ser uno de los profesionales de la muerte más cotizados del momento. Estos minutos pueden resultar algo cansados y quizá desanimar a algunos espectadores.

Aunque son también estos minutos los que nos dan un retrato fiel del personaje: metódico, obsesivo, perfeccionista y desconfiado, que ha hecho del autodiálogo su modo de vida, además de escuchar siempre a los temas ochenteros de los Smiths.

Pero luego ocurre un hecho fortuito que da un giro a las cosas y marca inicio a una venganza implacable. Con varios puntos en común The Accountant, cinta de Gavin O'Connor estrenada en 2016 y protagonizada por Ben Affleck, la diferencia se encuentra, en que esta película de Fincher se centra más en el aspecto interior del personaje, aunque sin descuidar para nada la acción.



Fincher logra así un equilibrio casi perfecto en las escenas de acción, con peleas bien coreografiadas, diálogos creíbles y escenas bien fotografiadas a pesar de que muchas de ellas estén situadas en locaciones oscuras o con poca iluminación. El sonido juega también un papel clave para terminar de consolidar las atmósferas de las respectivas escenas.

La trama es bastante simple y lineal: un personaje buscando venganza y tratando de sobrevivir. A pesar  de ello, el espectador la sigue con atención hasta llegar al final que no es tan previsible, pero que era uno de las opciones más consecuentes.

En suma otro vehículo que dará que hablar de Fincher un tiempo más, aunque no se sitúe al nivel de sus grandes obras como Se7en, The Fight Club o Zodiac.

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