De Vuelta la Vida

 Siempre que en nuestro curso de Historia del Cine  tratábamos el tema del Cine Peruano, nos daba cierta vergüenza y tristeza reconocer que tal o cuál película, se había perdido, ya no existe o se conservan solo fragmentos o peor aún solo fotografías o afiches. De esas películas solo nos quedaba leer lo que otros escribieron de ellas e imaginar cómo habían sido.

Gran cantidad de películas de nuestro cine del período silente, se perdieron para siempre, otras se deterioraron mucho, sobre todo porque el material en que habían sido filmadas, se degrada, le salen hongos o se queman.

Felizmente  parece que la situación están empezando a cambiar, a raíz del re estreno de películas como Juliana o Cholo en versiones restauradas y de los estímulos que está otorgando el estado, varias películas peruanas se están restaurando y recuperando.

Justamente en este 26 Festival de Cine se creó el espacio Filmoteca Pucp, en el cual esta institución mostró una serie de películas peruanas de diversas épocas (aunque mayormente de los ‘80) tanto en la Sala Azul del Centro Cultural de la Pucp, como en la sala Armando Robles Godoy del Ministerio de Cultura.

Casi todas las funciones se realizaron a sala llena y siguiendo el mismo programa: se presentaban primero imágenes de cómo se había encontrado la película y cómo habían  mejorado luego de la restauración. Luego se mostraba la película y finalmente se invitaba al director y a parte de su equipo a que cuenten anécdotas del rodaje y respondan a las preguntas del público.

Esta última parte dotó a las presentaciones de una atmósfera muy especial, en la que proliferaban sentimientos como la alegría, la nostalgia y la emoción de reencontrarse con un material que muchos no habían vuelto a ver hace años o veían por primera vez. Además pocas veces un realizador tiene la oportunidad de estar tan cerca de un público que tenía tantas ganas de ver su trabajo, luego de décadas.


Malabrigo (1986)



La primera película que pudimos ver fue Malabrigo de Alberto “Chicho” Durant un thriller con toques sobrenaturales, protagonizado por Charo Verástegui, Ricardo Blume, Alvarez, Luis Alvarez, Ricardo Velásquez, Ramón García, Gianfranco Brero y José “Chema” Salcedo.

La película cuenta la historia de una mujer que llega al olvidado puerto norteño de Malabrigo, en la región de La Libertad, para indagar sobre el paradero de su esposo, contador de una empresa, que lleva varios días sin comunicarse. La premisa de la película y de los personajes está muy bien realizada y logra captar de inmediato el interés del espectador.

Pero al acercarse al final la película se pierde un poco, las acciones se suceden a un ritmo muy rápido, y se vuelven poco creíbles, pero en líneas generales se trata de una buena producción.

Al final Durant, su equipo y Ricardo Velásquez el único actor que pudo estar presente en el reestreno, contaron cómo se decidieron a restaurarla, lo complejo del proceso y la emoción de volverla a ver después de décadas (“incluso mejor que en el momento del estreno”, mencionó). Finalmente contó que se había encontrado con algunos posters originales y los regaló al público, un souvenir de lujo que ya no se suele encontrar en estrenos nacionales. 


Profesión Detective (1986)

Con el director José Carlos Huayhuaca.


La siguiente película que pudimos ver fue Profesión Detective, una cinta que había entrado en la categoría de leyenda, porque casi no se estrenó fuera de Lima, porque apenas estuvo una semana en cartelera y porque solo la habían visto unas pocas personas a partir de una copia en vhs, de la que se hicieron otras copias para dvd y que se pudieron adquirir en 

Polvos Azules.

Así que para muchos de los que estuvimos allí fue en realidad un estreno y sorprendió gratamente cómo la película conservaba todavía mucho de su frescura original, protagonizada por un Eduardo Yépez como el detective Alex Caballero, en estado de gracia, quien con su labia y humor se hace toda la película y nos hace preguntarnos por qué otros directores no lo aprovecharon más. Actuaron además Jorge García Bustamente, Orlando Sacha y Jocelyn Katz.

Caballero es contratado por lo que parece ser un simple chantaje, pero luego se va complicando hasta chocar con elementos de la política y el narcotráfico. Salvo algunas complicaciones de guion al final, la película se deja ver sin dificultades hasta el final.

En el momento con el público, fue un gusto ver al realizador el profesor José Carlos Huayhuaca hablar sobre su film, y sobre la mala suerte y dificultades que tuvieron tanto en el rodaje (una de las actrices principales los abandonó en los inicios), como en el estreno (terrorismo, política, inflación), por lo que la película no estuvo muchos días en cartelera.

Estuvieron además el hijo de Cusi Barrio (productor) y Eduardo Yépez, con menos cabello, pero más kilos que en los 80, quien nos confirmó algo que se intuye al ver el film: gran parte de sus ingeniosos diálogos y monólogos eran improvisaciones suyas.


Luis Pardo (1927)





La película que más expectativas generaba era Luis Pardo de Enrique Cornejo Villanueva, porque era una película de la que han pasado más de 90 años desde su estreno y que por lo tanto existían pocas personas en el Perú de hoy, que habían visto el film.

Si bien el trabajo de restauración se ha hecho mayormente a partir de material de descarte, que aún están desaparecidas varias tomas y que ahora es un cortometraje, lo que pudimos apreciar fue un trabajo admirable, que cuenta una historia de manera eficaz y que aún sigue llamando la atención casi 100 años después.

En efecto, las tomas que realizó Cornejo Villanueva son de gran realismo, tomando en cuenta que era su ópera prima y la condición amateur del realizador. Tenía además una buena intuición para el encuadre y la composición y al ver estas imágenes no fue difícil relacionarlas con grandes obras del cine mudo como The Great Train Robbery (1903) de Edwin S. Porter o Greed (1924) del gran Erich Von Stroheim.

En nuestras próximas clases, al menos podremos decir Luis Pardo ya no está completamente perdida y que hemos sido testigos de parte de su gloria.

El material de Luis Pardo se complementó con la proyección del cortometraje documental El Famoso Bandolero que hizo sobre Cornejo Villanueva Alberto Chicho Durant en 1987.

Al final, el hijo del realizador agradeció a la Filmoteca Pucp por preservar la obra de su padre.


El Rey (1987)

Juan Carlos Torrico, director de El Rey.



También fue grata la visualización de El Rey, de Juan Carlos Torrico, una película muy popular en los años 80 y que en el momento de su estreno tampoco pudimos apreciar. Protagonizada por Carlos Criado y Julio Marcone, la película cuenta la historia de un huérfano que debiendo abandonar el puericultorio, se ve obligado a hacer de todo para sobrevivir, pero en el camino se encontrará con un ladrón de poca monta que se vuelve su amigo y además con Vico, un famoso cantante chicha quien en el pasado fue también un huérfano del puericultorio donde estaba Perico.

Representante del humor que se hacía en esos años (más sano e ingenuo que el de hoy), la película es un fiel reflejo de la Lima del segundo lustro de los 80 donde la crisis económica, empujó a muchos al subempleo. Tiene algunos momentos (como el de la preparación de los dulces en la cocina), muy bien logrados y un final optimista a pesar de su dureza.

Al final el director y parte del reparto comentaron anécdotas de la película y fue grato volver a ver al cantante Vico, varios años después, anunciando que probablemente se venía junto con Juan Carlos la producción de El Rey 2.


El Viento del Ayahuasca (1983)



Nora de Izcue, la única directora mujer en el panorama cinematográfico peruano de los ‘80, realizó este su único largo, para intentar dar a conocer a un público más amplio sus experiencias vividas en la Amazonía, especialmente con las sesiones de ayahuasca.

Para ello narra la historia de un joven sociólogo que llega a Iquitos a investigar sobre la ayahuasca y se enamora de Rexy a una joven de la ciudad, que cree que unos espíritus de la selva se la quieren llevar con ella. Junto con un chamán intentarán proteger a la joven de estos entes, pero quizá no sea suficiente.

La película funciona cuando muestra los rituales y otros elementos culturales de los pobladores de la zona, pero el problema es su protagonista, cuyas limitaciones al actuar son bastante evidentes.

Al final la directora contó varias anécdotas sobre la realización del film, entre ellas un curioso sueño en el que ella obtenía la financiación que necesitaba para la filmación y que se cumplió tal cual.


En resumen fueron días muy emotivos, en los que apreciamos varias obras que parecían ya haber cumplido con su ciclo vital, pero que gracias a la restauración han vuelto a la vida. Quienes estuvimos allí sentimos que nos había sido devuelto algo valioso que ya sea por desidia o descuido, se nos había arrebatado.


Es importante reconocer el trabajo de la Filmoteca Pucp, a cargo de Carlos Chávez y de María Ruiz, quien supervisó la mayor parte de los trabajos de restauración. Además de organizar muy bien este ciclo de presentaciones, cumplieron una labor didáctica explicando en cada caso las dificultades que encontraron al momento de restauración y cómo se esforzaron para superarlas.


Queda sin embargo mucho trabajo por hacer y es pertinente recordar la importancia de contar con una filmoteca nacional, lucha en la que ahora está encabezada por cineastas como Nelson García, Francisco Adrianzén y otros, quienes dieron una charla sobre porque deberíamos contar con una institución de estas características.


Con Nelson García uno de los promotores de la creación de una Cinemateca Nacional.



Hay que seguir buscando material fílmico, seguramente existe por allí alguna película que pocos han visto, y existen además varias películas que están esperando su momento para tener una segunda oportunidad y que sean conocidas por nuevas generaciones. 


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