EO

 Eo es un burro que tiene una vida más o menos tranquila en un circo. Es artista de un número con la buena de Kassandra quien lo quiere como un hermano, pero a la vez también tiene que ejecutar labores de carga y allí si no es tratado nada bien.

Un día llegan los del Departamento de Animales y lo decomisan, junto con otros animales del circo. Esta acción, da inicio a una serie de desventuras en la que Eo se irá topando con distintos especímenes humanos, de las que casi siempre saldrá mal parado, a pesar de que algunos de estos humanos puedan tener buenas intenciones con él.

Jerzy Skolimowski es un director graduado de la prestigiosa Escuela de Cine de Lodz, Polonia, donde también esgresaron Andrzej Wajda y Roman Polanski y que ganó varios premios, entre ellos un Oso de Oro del Festival de Berlín por su film Le Départ (1967).

A pesar de sus 85 años, todavía sigue trabajando, y después de 7 años nos ha presentado este largo que ya obtuvo un premio del jurado en el último Festival de Cannes.

En este film, Skiolimowski va de frente al grano, desde los primeros planos sabemos que el protagonista es Eo y la cámara lo sigue constantemente. El director ha tenido también el tino y la paciencia de esperar las mejores expresiones del rostro del animal para su registro (en realidad animales, pues 6 burros se turnaron en el rol), obteniendo con esto algunos momentos  muy cinematográficos, porque el film casi no necesita de diálogos.



Además de la buena fotografía de Michal Dymek, Skolimowsky recurre también a filtros, transiciones y cortes de edición, que nos sitúan tanto en el punto de vista, como en la mente del animal. A esto además hay que agregar la música de Pawel Mykietyn, que potencia los momentos dramáticos, cómicos o misteriosos de la cinta, no en vano se ha llevado varios premios al mejor soundtrack.

Las referencias a Au hasard du Balthazar (Al azar de Baltasar, 1966), el clásico de Robert Bresson, son evidentes como el mismo Skolimowski ha reconocido, pero sin llegar a las regresiones metafísicas de la película francesa. Skolimowski se limita a mostrar lo absurdo de varias situaciones humanas como la burocracia, el nacionalismo, el fanatismo deportivo entre otros.

Eo es una muestra más de que no necesitas grandes presupuestos, actores o efectos especiales para hacer una buena película. Basta tener una buena historia y saber cómo contarla. Esperemos que tenga suerte en la noche de los Oscar, pero tiene mucha competencia.

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