Judas y el Mesías Negro

 En los últimos años existe en algunas productoras de los Estados Unidos, un valioso afán por difundir historias e un sector de la población del país, historias que han sido sistemáticamente borradas de los libros, los medios y de las salas de cine.

Una de esas productoras es HBO, quien el año pasado lanzó dos series Watchmen y Lovecraft Conty las cuales a pesar de ser ficción mostraban parte de esas historias como masacres y hostigamientos contra las personas de raza negra y narradas por cineastas de esa etnia.

En ese sentido, Judas y el Mesías Negro (Judas and the Black Messiah) continúa con esta línea, contándonos esta vez un hecho más reciente que los anteriores: el asesinato de Fred Hampton (Daniel Kaaluya) uno de los líderes del momvimiento Pantera Negra, que luchaba por los derechos civiles de los afroamericanos.

La película es narrada desde la perspectiva de William O'Neal (Lakeith Stanfield), un estafador de poca monta, que es capturado y luego recultado por el FBI para infiltrarlo dentro de la sección de Hampton, ganarse su confianza, informar sobre sus movimientos y cada vez mayores exigencias con mayor peligro para todos.

Este punto de vista hace la película más interesante pues nos muestra al líder del grupo desde cierta distancia, con sus virtudes y con sus defectos, su carisma y sus reacciones básicas; pero también se nos muestra el interior del traidor, alguien a quien al principio no le interesa nada Hampton, pero que luego empieza a convencerse de sus propuestas, aunque sabe que no puede convertirse en un seguidor, porque el oficial reclutante del FBI (Jesse Plemons), está siempre pendiende de él.



Shaka King, realizador y guionista de este film, se muestra como un buen director de actores (acertada la nominación de Kaaluya), en este su segundo largo y aunque la película demora un poco en arrancar, ya luego de la primera media se sigue con sumo interés.

La escena clímax está muy bien filmada y muestra como la policía de Chicago, la misma que habíamos visto golpear sin misericordia a los protestantes de El Juicio a los 7 de Chicago, actuó con total premeditación, en una acción que solo muchos años después se reveló como lo que era: una ejecución extrajudicial.

Además de su valor cinematográfico Judas y el Mesías Negro, tiene como ya hemos dicho antes valor histórico a pesar de ser ficción basada en hechos reales. Esperemos que King nos sorprenda más adelante con más historias de este tipo.


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