Cónclave: El Vaticano puertas adentro
Robert Harris, un novelista británico que estuvo en Roma durante el cónclave que se eligió al Papa Francisco, se sorprendió tanto que decidió escribir una novela que llevaría por título justamente el nombre del proceso en el que los cardenales de todo el mundo eligen al nuevo líder de la Iglesia Católica.
La novela, publicada en el 2016, se convirtió en un best seller y el paso que hay de allí a que una historia sea llevada al cine, no suele tomar mucho tiempo y efectivamente unos años después tenemos ya la versión cinematográfica guionizada por Peter Straughan y dirigida por el alemán Edward Berger, ganador del Oscar a la mejor película en lengua extranjera del 2023 por otra adaptación literaria "Sin Novedad en el Frente" (2022).
Aunque el tiempo que transcurre la película no es discenirble, por algunos detalles ese tiempo se parece mucho a los años en que se eligió al sucesor de Benedicto XVI, justo el cónclave en el que Harris, el autor de la novela pudo contemplar de cerca.
El protagonista no es ningún Papa, ni el que acaba de fallecer ni el que es elegido al final. El personaje que conduce toda la historia es el cardenal británico Lawrence, magníficamente interpretado por Ralph Fiennes, un sacerdote que está muy apenado por la partida del Papa anterior y quien además está atravesando una crisis de fe. Sin embargo, no deja que sus tribulaciones lo nublen y está siempre atento a cualquier detalle para poder conducir impecablemente esta importante ceremonia.
Otros personajes menores aunque también interpretados dignamente son el cardenal progresista Bellini (Stanley Tucci) y sus rivales el conservador Tedesco (Sergio Castellito) , el reservado Trembley (John Lightgow) y el misterioso cardenal llegado a último momento Benítez (Carlos Diehz). Un papel menos creíble en cambio, es el de la religiosa Agnes a pesar del gran trabajo de Isabella Roselini.
Aunque por razones comerciales el idioma que predomina es el inglés, hay también varios diálogos en italiano (de los que Fiennes sale bien parado) español y otros idiomas, que intenta demostrar lo cosmopolita de esta reunión.
Pero quizá lo más destacable de la película sean los muy realistas diseño de producción, vestuario y escenografía. Obviamente la película no pudo ser filmada ni en la Capilla Sixtina, ni en la Residencia de Santa Marta, así que tuvieron que ser construidos en estudio. La grandilocuencia de los muros, el rojo de los vestuarios cardenalicios, los pequeños dormitorios donde los cardenales son recluidos, etc. todo está recreado con sumo detalle un gran trabajo de Suzie Davies, Carlo Aloisio, Cinthia Sleiter y Lisy Christy.
Lamentablemente la película se ve arruinada por el final absurdo que no vamos a "espoilear" aquí. Solo diremos que el realismo aceptable del que estaba impregnada la película se rompe abruptamente con la revelación final muy tirada de los pelos.
Sin embargo es muy probable que la película se lleve más de un Oscar, sobre todo en los aspectos de diseño de producción que hemos mencionado.
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