El Sonido del Metal

 Perder súbitamente la audición es una de las cosas más angustiantes que puede pasarle a un ser humano: en un momento estás bien y en el instante siguiente ya no escuchas nada. Uno se dice a sí mismo que es pasajero, que va a mejorar, que todo será como antes y se esperanza y se deprime a cada momento, hasta que se va aceptando esa nueva realidad.

Una nueva realidad que es difícil de mantener porque ante los demás el sordo parece sano y muy pocas personas saben cómo tratar con ellos.

De esto en gran parte es lo que trata El Sonido del Metal (Sound of Metal), segundo largo de Darius Marder guionista y documentalista de Massachussets de 46 años. El personaje que pierde la audición es Rubén, un baterista del dúo metalero Blackgammon que integra junto a su novia Lou, y viven en un remolque, medio de transporte que también los moviliza a sus giras.

Cuando Rubén pierde ambos oídos de un momento a otro, trata de seguir su vida sin decirle nada a nadie, pero es imposible tocar sin escuchar a la cantante. Consulta a un médico que le habla de una operación carísima y luego de discutirlo con su novia hablan con su manager, quien le aconseja internarse en un centro especial para sordos dirigido por un ex combatiente de Viet Nam llamado Joe.



La filosofía del lugar no considera a la sordera un defecto, sino como algo con lo que hay que vivir, "Acá aprenderás a ser sordo", le dice Joe en una frase que  resume todo su credo.

Marder realiza una excelente dirección de actores, y saca lo mejor de sus protagonistas: Riz Ahmed, Olivia Cooke y Paul Raci, especialmente en los duelos actorales del primero con los otros dos (por separado claro está).  Hasta la breve aparición del francés Mathieu Almaric deja muy buen sabor.

Otro acierto del realizador es el buen ritmo narrativo, Marder no desperdicia ni un minuto y dosifica bien las escenas, haciendo que la película se vea sin problemas a pesar de un aparente arranque lento al inicio, y a pesar de la distancia que el realizador se toma con los personajes.

El cineasta quiere también mostrarnos ambos lados del espectro, así que a partir de la sordera de Rubén, alterna por momentos el sonido real con sonidos subjetivos que oye el personaje, o dicho de otra forma, dejamos de escuchar y pasamos a formar parte del mundo del silencio del baterista, algo que pocas veces se ha manejado tan efectivamente en el cine.

Si bien el lenguaje audiovisual es bastante simple, la potencia de las actuaciones, la duración de los planos y el tratamiento casi documental del film, nos muestran una historia que a pesar de su dureza, atrae por su realismo, y su tratamiento alejado del drama estándar.

Todos pues nos identificamos con la pérdida, búsqueda y aceptación final del personaje (impagables esos últimos planos) y nos hace confiar que este director y guionista Darius Marder, tiene un buen futuro en el cine del siglo XXI.

Sound of Metal está nominada a 6 Óscares: Mejor Película, Mejor Guion Original, Mejor Edición, Mejor Sonido, Mejor Actor y Mejor Actor de Reparto y merece llevarse siquiera alguno. Está disponible desde hace unos meses en Prime Video de Amazon.


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