Los Espíritus de la Isla
Martin Mc Donagh es un director con un sentido del humor bastante peculiar que ha mostrado en sus anteriores trabajos como In Bruges (2009), Seven Psicopaths (2012) o la también nominada al Oscar, Three Billboards outside Ebbing, Missouri (2017).
Esta vez McDonagh nos lleva a Irlanda, concretamente a una pequeña isla, que da título al film, en la que todo el mundo se conoce, y el único entretenimiento del pueblo es irse a charlar el pub que está en el centro. Ni siquiera la guerra civil irlandesa (de inicios de los años 20), ha llegado hasta aquí, solo se escuchan algunas lejanas explosiones y se ven algunas humaredas.
El director hace una magistral descripción de estos paisaje idílicos de la encantadora isla, pero al mismo tiempo de plano nos muestra el conflicto que va a afectar al resto de la película: Colm, un hombre de edad madura, ha decidido súbita y unilateralmente terminar su amistad con Pádraic, más joven, sencillo y de pocas luces, pero bastante leal. Colm ha decidido simplemente que los pocos años que él cree que le quedan de vida, será mejor pasarlos componiendo música, que escuchando las simplezas de su ex amigo.
Pádraic por supuesto no entiende, y trata por todos los medios de recuperar a su amigo, pero cada intento solo termina alejando más a Colm, al punto que este tiene que amenazarlo con un terrible ultimátum. Lo peor es que en un pueblo tan pequeño, todos se meten, todos quieren opinar, haciendo que Pádraic se sienta aún peor.
Ni la comprensión de su hermana Siobhán, ni el intento de encontrar un nuevo amigo, en el joven Dominic, parecen mejorar las cosas para el atribulado Pádraic.
Ante un planteamiento así, no sabemos bien si estamos frente a una comedia o a una tragedia y eso hace que el espectador se sienta atraído a este film desde el inicio, en una historia que al avanzar solo gana en interés.
Obviamente, una situación aparentemente tan absurda no se hubierada podido sostener en el trabajo de dos actores promedio, y es por eso que las actuaciones de Brendan Gleeson y Colin Farrel (quienes ya habían trabajado juntos en In Bruges), son tan dignas de destacarse. Sus nominacione son muy justas, pero tienen mucha competencia.
Es igual loable el trabajo que hace el resto del elenco Kerry Condon como Siobhán y el siempre inquietante Barry Keoghan como Dominic.
Los Espíritus de la Isla (The Banshees of Innisherin), es sin dudas el trabajo más logrado de McDonagh quien consigue en este relato un equilibrio envidiable entre humor y tragedia, lleno de metáforas y simbolismos y además unas imágenes inolvidables, de lo que pudo haber sido una Irlanda de principios de siglo XX.
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