Mujercitas

¿Tiene sentido volver a llevar a la gran pantalla una vez más un clásico que ha sido adaptado bastante bien en el pasado? Esa era nuestra gran duda al ver esta nueva versión de Little Women (Mujercitas), basada en la inmortal novela de Louise May Alcott, y a ello se agregaba la condición de que este iba a ser el segundo trabajo de la directora y guionista Greta Gerwig, proveniente de las filas del cine independiente, bastante alejado de estas superproducciones.
Pues bien tras un comienzo un poco complicado, en el que quizá le cueste un poco situarse al espectador (especialmente aquellos que no conocen la novela)  reconocer a los personajes, y entender la estructura narrativa (la directora decidió contar la historia a través de dos líneas temporales: pasado fotografiado con tonos cálidos y presente fotografiado con tonos fríos), la película va tomando forma.
Para los que no lo saben o no lo recuerdan, Mujercitas, ambientada en Estados Unidos durante la guerra civil, es la historias de las 4 hermanas March: Meg, Jo, Amy y Beth, cuyo padre se encuentra en la guerra, y su madre debe hacer maravillas para mantenerlas, aunque a pesar de ello, se da recursos para asistir a los más necesitados.
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Hay varias tramas y personajes, pero la principal es la relación entre la segunda y la tercera de las hermanas: Jo (una especie de alter ego de la autora original May Alcott) y Amy, quienes son las que tienen las personalidades más vivaces y eso las llevará a rivalizar en varios aspectos.
En ese sentido, para el éxito de la película era fundamental contar con un buen reparto y Gerwig lo ha conseguido: Saoirse Ronan está muy bien como Jo, pero la joven Florence Pugh, está todavía mucho mejor como Amy. Complementa el triángulo un simpático Timothée Chalamet, quien se está abriendo campo en Hollywood rápidamente apareciendo en varias producciones.
El resto de los personajes se han empequeñecido algo, aunque por allí destacan Laura Dern como Marmee la madre, Chris Cooper como el Sr Laurence  y la inacabable Meryl Streep como la tía March. 
Si bien la decisión de alternar pasado y futuro podría parecer un capricho de la directora, a medida que avanza la cinta nos damos cuenta que fue una buena decisión: hay varios hechos del pasado que enfrentados visualmente al presente adquieren un mayor peso dramático, sobre todo al acercarnos a esa montaña rusa de sentimientos que es el clímax de este film.
En resumen, se trata de una adaptación bastante aceptable, aunque quizá sea exagerado que compita por el Oscar para mejor película. Eso sí, confirma a Greta Gerwig como una directora interesante, cuyos futuros trabajos son dignos de esperarse.

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