Lo que vimos del 28 Festival de Lima

 Estas son las películas que vimos en las secciones competitivas: mejor película ficción, mejor documental y mejor película peruana.


Motel Destino

Lo nuevo del director Karim Aïnouz, una mezcla de thriller, comedia, drama pasional e historia criminal, nos cuenta acá la historia de Heraldo un sicario que accidentalmente se queda atrapado en un motel y no puede acudir a un trabajo que iba a cometer con su hermano. Luego debe regresar a ese motel para esconderse de quienes quieren desaparecer. Allí establecerá una tormentosa relación con la pareja dueña del local que es evidente no terminará bien.

Si bien no está entre lo mejor de su director, la película tiene sus momentos sobre todo cuando pasa de un género a otro desconcertando al espectador. Tiene también su chispa humorística entre los que destaca el que posiblemente sea uno  de los letreros más inútiles de la historia del cine. La historia se desborda al final, indeciso si darle un final feliz o consecuente, el director opta por uno híbrido que no termina de satisfacer.


Carropasajero

Dirigido por los colombianos Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes, se trata de un documental que recrea a través de las voces de una familia indígena que viajan en una destartalada camioneta, una serie de desastres que justamente los llevaron a emigrar. El recurso es interesante, las imágenes muy bien compuestas, pero el problema es que se agota en menos de diez minutos.

Todo lo que sigue a partir de allí nos parece ya visto y suena repetitivo. Pudo dar para un corto documental, pero no para un largometraje. Una de las grandes decepciones del festival.


La Fabulosa Máquina de Cosechar Oro

Ganadora del premio al mejor documental, esta película de Alfredo Pourailly es de lo mejor que vimos en esta 28va edición y confirma el buen momento que está pasando el documental chileno. El film narra el día a día de la vida de Toto, el último buscador artesanal de oro de la Tierra del Fuego, al sur de Chile.



Con su salud quebrantada por vivir en ese clima tan extremo, su hijo intenta diseñarle una máquina especial que le permitirá extraer oro sin necesidad de tanto esfuerzo físico. Además de ser un testimonio de una actividad en extinción, la película explora con gran precisión y sin sentimentalismos, la aparentemente fría relación padre-hijo.


Baby

Marcelo Caetano es un director brasileño nacido en Belo Horizonte y residente en Sao Paulo. Se le conoce por su film previo Body Electric (2017) y por haber formado parte del equipo técnico de Kleber Mendonca Filho en Baccuraru y Aquarius. En esta ocasión nos presenta a Wellington un joven recién salido de un reclusorio juvenil, quien casualmente conoce a Ronaldo, un proxeneta masculino con el que entabla una relación que inicia bien, pero que va cambiando mientras avanza la historia.

Caetano muestra sin ambages toda la crudeza del submundo de prostitución masculina, drogas y proxenetismo existente en los bajos fondos de Sao Paulo causando repulsión en más de un momento. Al mismo tiempo dirige con acierto a los actores principales, quienes componen unos retratos muy realistas, de estos seres que se mueven en estos lugares.


Pepe

Esta ha sido la película más extraña y a la vez más exigente de las que hemos visto en el festival. Dirigida por Nelson Carlos de los Santos, está etiquetada como documental, pero la verdad es que se trata de un film inclasificable. Se centra en la vida de Pepe y sus descendientes, los hipopótamos que Pablo Escobar trajo del África del Sur para colocarlos en su hacienda, en el departamento de Antioquia. Al final Escobar se fue, pero sus animales se reprodujeron y hoy son una especie invasora y amenazante.

La película empieza a ser narrada en dialecto botswano y luego en alemán, los hipopótamos contando su propia historia. Luego la voz en off pasa a hablar en español con un marcado acento colombiano y luego la historia cambia bruscamente de punto de vista para mostrar las acciones y reacciones de unos pescadores de río, cuando descubren estos animales. Como hemos dicho, es una película exigente, pero vale la pena seguirla hasta el final.


El Archivo Bastardo

Logrado documental de la peruana Marianela Vega, quien a partir de unas cintas de video analógico (Hi8) que su padre grabó entre fines de los 80 y comienzos de los 90, construye una película en la que la cineasta disecciona la compleja relación con su padre y también con el resto de su familia (madre y hermanos).

Vega aprovecha todo lo que tiene, incluso las imágenes deterioradas, pixeladas y las pantallas azules sin sonidos, y los reelabora a través de la edición y la voz en off para que dotarlos de nueva vida y nuevos significados. El punto de partida recuerda otro documental de hace algunos años: No hay regreso a casa,  de la peruano-argentina Yaela Gottlieb.


El Huaro

También presente en la competencia documental, El Huaro nos cuenta a través de los diálogos y testimonios de unas adolescentes escolares y sus profesores, como es la vida en un centro educativo en Imaza, ubicado en la Amazonía peruana. Dirigido por Patricia Wiesse y producido por Jenny Velapatiño, la realidad mostrada en este documental cobra especial importancia, en los momentos actuales, cuando se ha denunciado cómo varios profesores violaron sistemáticamente a alumnas como las que vemos en este film.

Hablada en español y awajún.

Tiene también valor en centrarse en los testimonios de los personajes, dándole voz a grupos humanos que difícilmente pueden hacerse escuchar.


Killapa Wawan

Tras el éxito de su ópera prima Willaq Pirqa, se esperaba que este segundo trabajo del cineasta cusqueño César Galindo sea de un nivel similar o superior, pero lamentablemente no ha sido así. El punto de partida es interesante: una adolescente que desea seguir la profesión de danzante de tijeras que tenía su padre.

Pero rápidamente todo se echa a perder: los personajes apenas están esbozados, hay una mala dirección de actores (con una Magaly Solier que aparece siempre llorando, perpetuando el cliché de la mujer andina sufriente), los efectos especiales son bastante pobres y la representación de la danza de tijeras es bastante superficial, no hay una intención de mostrar toda su vistosidad y riqueza. Ojalá Galindo pueda reivindicarse en su próximo trabajo.


Los Indomables

En esta película las cosas están mal desde el poster: la foto de una batalla épica entre aymaras y españoles registrada a full color vende otra película. Luego el primer fotograma que muestra un texto larguísimo de letras blancas en fondo oscuro acompañadas de una marcial voz en off, empieza a confirmar nuestros temores. Lo que sigue es el empleo de una de-colorización que no se justifica, pues no ayuda a la película, al contrario estorba su visionado y está lejos de los hermosos colores que este equipo usó en Wiñaypacha o Pakucha. 

El guion tampoco juega a favor, está mal estructurado con diálogos extensos y solemnes y unos personajes acartonados que le brindan poco realismo al hecho histórico que pretende retratar. Con ese nivel de personajes es difícil que un actor logre destacar, felizmente de entre ellos logra destacar Maribet Berrocal, quien saca adelante el rol de Gregoria.


Album de Familia

Joel Calero cierra con este film su “trilogía de la memoria” integrada además por La Ultima Tarde y La Piel más temida. En esta ocasión nos ofrece el retrato de una familia aparentemente feliz, cuya armonía empieza a resquebrajarse con unas fotografías antiguas que descubre Alex, el mayor de los hijos varones.

A través de una serie de planos fijos y muy buenas actuaciones entre los que destacan Emanuel Soriano, María Fernanda Valera, Lucho Cáceres, pero sobre todo Natalia Torres Villar, una actriz que dice mucho con sus silencios, sus miradas y su voz susurrante. Album de familia no es solo el retrato de una familia, es también extrapolable a las distintas posiciones sobre el pasado que existen en nuestro país.


El Tío Lino

Luego de su documental Los Shipibos, Omar Forero regresa con la no ficción, esta vez para mostrarnos a un personaje casi legendario que habitó la sierra norte de La Libertad, a fines del siglo XIX. Una especie de Barón Munchausen liberteño, el tío Lino encandilaba a muchos con sus historias y está presente en sus relatos que cuentan sus descendientes y hasta en representaciones escolares.

El film además recrea algunas de esas historias con actores locales y hasta inserta animaciones para ilustrar las partes más fantásticas de las historias del tío Lino. Buen trabajo de Forero, un director que cuenta ya con una importante trayectoria, pero que lamentablemente sus películas no han tenido la difusión merecida.


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