Western almodovariano

 Los primeros planos de Extraña Forma de Vida ( A Strange Way of Life) nos muestran lo que parece será un western típico, un cowboy solitario cabalgando por montañas y llanos desolados en unos planos panorámicos que nos recuerdan al maestro John Ford.

Pero a medida que los planos se van haciendo más cercanos nos vamos dando cuenta que no estamos ante un western cualquiera el verde limón de la vestimenta del cowboy, a la que acompañada del tema principal del film "uma stranha forma de vida" cantada en portugués ( que nos trae a la mente los temas de Chabela Vargas incluidos en otros de sus films), nos sitúan de inmediato en el universo almodovoriano.

El jinete que cabalga del desierto hacia el pueblo es Silva interpretado por Pedro Pascal quien va a visitar al sheriff del pueblo Jake, caracterizado por Ethan Hawke, alguien a quien no ve hace 25 años atrás y con el que vivió muchas aventuras entre México y Estados Unidos.

A la mañana siguiente se revelan las verdaderas razones del encuentro y se sostiene un diálogo-duelo actoral entre Pascal y Hawke en el que ambos salen bien parados y además se nos adelanta gran parte de la trama que nos parece conducir a un final inexorable a irreversible.

Como todo western que se respete, este incluye también su escena de duelo que por momentos nos recuerda a los mejores duelos del spaghetti western y al duelo final de Tiempo de Morir, el gran western mexicano de Arturo Ripstein; tanto el timing, como la acción, los diálogos y el desenlance están muy bien resueltos en esta escena.

Y lo que sigue rompe un poco los esquemas, no vamos a entrar en detalles para no arruinar la sorpresa, pero sí podemos decir que es uno de los finales más satisfactorios del cine de Almodóvar, acompañado además de un bello score de cierre, obra de su músico Alberto Iglesias.

Pedro Almodóvar ha entrado en una madurez luminosa y su obra así lo refleja. Veremos que sorpresas nos trae para más adelante.