Duna: ¡Por Fin!

Duna, famosa novela de ciencia ficción, de Frank Herbert, se había convertido en una de esas proyectos malditos, que parecían imposibles de adaptarse a la pantalla grande.

Inicialmente fue el chileno-mexicano Alejandro Jodorowsky quien primero quiso llevarla al cine; se había rodeado de un grupo de talentosos colaboradores y su elenco incluía figuras como Orson Welles y Salvador Dalí, pero su afán por hacerla un largometraje de 14 horas, y los excesivos costos en que fue incurriendo, hicieron que se cancele el proyecto, historia que se relata en el buen documental Alejandro Jodorowsky's Dune.

Luego en 1989, le llegó al turno de David Lynch, quien fue elegido por la productora Rafaella de Laurentiis, para llevar a cabo la adaptación de la novela, pero las intromisiones de los productores (recortaron la versión de 5 horas en apenas 2), hicieron que este film, que ahora se puede ver en Netflix también fuera un fracaso.

Tuvieron que pasar muchos años, llegar muchos adelantos tecnológicos y además cambios de mentalidad para que alguien se atreviera nuevamente a llevar Dune al cine, y el atrevido es nada menos que el director franco-canadiense Dennis Villeneuve, quien ha realizado algunos de los trabajos de ciencia ficción más interesantes de los últimos años como Arrival o Blade Runner 2049.

Desde el saque Villeneuve impuso condiciones: la filmaría al menos como un díptico y en un tira y afloja con los productores, logró su propósito, aunque hubo que esperar qué tal le iba con su estreno.



Felizmente que lo consiguió. La versión de Villeneuve hasta el momento parece estar a años luz de la de Lynch (con el debido respeto al maestro), con mejores efectos especiales, una soberbia dirección artística y sobre todo un elenco más que competente compuesto por: Timotheé Chalamet, Oscar Isaac, Zendaya, Rebecca Fergusson, Charlotte Rampling, Jason Momoa, Dave Bautista, Stellan Skargaard, Josh Brolin, Javier Bardem, entre otros.

Villeneuve acerta en crear atmósferas atrapantes tanto en el planeta Caladan, como en el planeta Arrakis y además saberlas combinar con la interioridad de los personajes, sobre todo el de Paul Atreides, quien siempre tiene visiones complejas sobre su futro. Para ello, le viene como anillo al dedo la música ensoñadora de Hans Zimmer.

Si bien el rtimo puede parecer a algunos fanáticos del género algo pausado, en el caso de esta película está plenamente justificado. Además el ritmo no impide que veamos muy buenas escenas de batallas entre diversos ejércitos y ataques con naves espaciales.

Finalmente el realizador canadiense, ha tenido el acierto de cortar esta primera parte en un momento donde ocurre un importante arco de transformación del héroe y cierra así una etapa, preparando el camino para más producciones que esperamos que sean dos más, porque vivimos en tiempos donde la duración ya no importa tanto.

Por fin la maldición parece haber terminado.

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