A propósito de Asu Mare
Es difícil
escribir sobre una película de la que se ha hablado mucho, y no precisamente en
exclusiva desde el lado cinematográfico, y es que A su Mare es un fenómeno que nadie pensó que
llegara tan lejos, para algunos un lunar irrepetible en el cine peruano, que es
imposible abarcar desde un solo punto de vista.
Tomando como punto de partida lo cinematográfico,
habría que decir que no se trata de una película de esas que deslumbran a la
crítica y ganan premios, pero tampoco pretende serlo. Se trata de un divertimento,
que no busca más que generar sanas emociones en la gente mediante la risa, y
vaya que lo logra.
Hay quienes se han rasgado las vestiduras ante esto
último, como si existiera una sola forma digna de hacer cine. Han dicho que
este tipo de cine va a "malacostumbrar" al espectador peruano, cuando
el espectador peruano difícilmente va a ver cine de su país; si lo va a
"malacostumbrar" así, que lo haga.
Volviendo a la película, lo mejor de ella está en los
primeros 60 minutos. Son especialmente memorables los créditos iniciales, el
momento en que la joven madre arrulla al bebé Cachín, y más adelante los
momentos de la adolescencia y el ejército.
Hay un empleo de filtros, para darle un aspecto
nostálgico a la película, que ayuda a que el espectador se sitúe mejor en esos
tiempos, y el alternar esas escenas con momentos del unipersonal, hacen que la
comicidad se incremente notablemente.
Justamente cuando se deja de lado al unipersonal y el
tono de humor de ese momento, es cuando la película se cae. Al difícil episodio
del engaño en el casting, no le sigue ningún momento gracioso para alternar ni
levantar la película. Por el contrario, se cae en el sentimentalismo de la bola
roja y en ese misterioso callejón atemporal lleno de botella de Brahma iluminado
artificialmente (lo menos logrado de la peli). Parece que hubiera un apuro por
terminar, y deja la sensación de que hay mucho que se quedó en el tintero.
De todas formas, esto no afecta el resultado final, la
película además está muy bien hecha técnicamente, tiene un sonido aceptable (el
eterno mal de las pelis peruanas, parece por fin poder superarse) hay
magníficos encuadres y movimientos de cámara, y un lenguaje audiovisual
especial, que delata la proveniencia publicitaria de Ricardo Maldonado, pero no
en detrimento del film, sino por el contrario, para darle un encanto especial.
EL MARKETING
Y bueno, está también el lado comercial. Si los
peruanos no lleváramos tan mal nuestras cuentas, tendríamos unas mejores cifras
con qué comparar, pero todo indica, que A
su Mare, será (o quizá a estas alturas es ya) con su cerca de dos
millones de espectadores, la película peruana más taquillera de todos los
tiempos, dejando atrás a Alias
la Gringa, La Fuga del
Chacal, o Pantaleón y las
Visitadoras, que supuestamente optaban ese récord, y no solo, eso tal
parece que también superará a muchos Blockbusters hollywoodenses. Esto es una
gran noticia para el cine nacional y algo que nos debe alegrar a todos los que
lo amamos.
Las razones por las cuales lo logró son varias
(personaje carismático, basado en una obra teatral exitosa, mucha publicidad,
contenido emocional que conecta con el espectador etc.) y ya se han explicado,
pero creemos que de la de mayor peso, es la fuerte campaña de marketing que
tuvo la película.
Desde el comienzo, el film fue pensado como un
producto, hubo mucha investigación de mercado con las últimas herramientas, se
convocó a patrocinadores importantes (aunque a veces el product placement sea excesivo en la película), hubo mucha
promoción, se logró buenas salas en los mejores horarios a nivel nacional y se
manejó muy bien el lanzamiento del trailer y el estreno. Algunos dirán, tuvo
los recursos para hacerlo, pero no se trata solo de tener recursos, sino de
emplearlos bien.
Esto nos ha hecho dar cuenta, del marketing casi nulo
que han tenido la mayoría de las películas nacionales, un punto que debería
tomarse en cuenta de ahora en adelante por la gente que quiere seguir haciendo
cine en el Perú. Y no hay que ponerse en el plan de denigrar lo exitoso por
"comercial", cuando se puede obtener lo mejor de los dos mundos, ya
lo había dicho el maestro Alfred Hitchcock "el cine es una sala amplia con
muchas butacas que llenar", la mayor parte de sus películas fue un éxito
comercial, y esa mayor parte son también consideradas obras maestras.
Claro, eso tampoco quiere decir que nos vayamos al
otro extremo de los gurús neoliberales y sus dogmas del mercado, expuestos en
un lamentable editorial del diario "El Comercio", reclamando el fin
de la ayuda del estado al cine nacional, y mostrando como argumento el éxito de A su Mare. No se dan cuenta que
la película ha sido un caso excepcional, difícil de repetir ¿cuántas décadas
han tenido que pasar para que una película peruana supere siquiera el medio millón
de espectadores?
Además, esos mismos gurús olvidan, o quizá seguramente
ignoran, que muchas de las grandes cinematografías actuales salieron adelante
por una buena política de apoyo por parte de sus estados. Tenemos el caso de
Corea del Sur, de Argentina, de países europeos...y si nos remontamos a los
primeros años de la historia, en el mismo Estados Unidos, el oligopolio de
Hollywood hoy conocido como "las majors", tuvieron que trasladarse a
California, en busca de un apoyo estatal que no lo estrangule con las regalías
y derechos que pretendía cobrarles Edison en los estados de la Costa Este.
En fin, el debate lleva ya mucho tiempo y no se
terminará ahora, pero no se debe usar el éxito de la película para que
olvidemos el apoyo del estado, sino más bien para pedir que se apruebe de una
vez la nueva ley que lo renueve y mejore.
Y en cuanto a la dupla Alcántara/Maldonado, esperamos
de todo corazón que puedan repetir su éxito (se confirmó ya que habrá Asu Mare 2 y que contagien a muchas
otras figuras, que pueden dar el gran salto a la pantalla grande con un
producto de calidad que vuelva a llevar a las salas a muchos peruanos, y que
aprendan a sentirse orgullosos de su cine.
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