Horizon
Kevin Costner ha tenido una relación amorosa con el western durante hace muchos años: desde que fue uno de los protagonistas del exitoso Silverado (1985) de Lawrence Kasdan, pasando por su debut en la dirección en la oscarizada Danza con lobos (1991), incluyendo otros ejemplos como Wyatt Earp (1994), Open Range (2002) y en cierto modo lo fue también The Postman (1997). Y todavía podemos agregar sus intervenciones en televisión en la miniserie Hattfields & McCoys (2012) y más recientemente Yelowstone (2018-2024).
Su regreso al western, especialmente después del éxito de la mencionada serie, estaba pues casi cantado, aunque podríamos decir que Horizon es su producción más ambiciosa: es una épica de al menos 9 horas de duración, que inicialmente pensó estrenar en salas cinematográficas en tres partes, pero tras los resultados de la primera parte, lo más probable es que las otras vayan de frente al streaming.
Horizon es una historia coral, con una gran multitud de personajes entre los que se incluyen colonos, ,madres de familia, militares, indígenas, inmigrantes chinos, inmigrantes mexicanos, prostitutas, asesinos a sueldo, empresarios inescrupulosos, entre otros cuyo único punto en común puede decirse que es la localidad de Horizon, un asentamiento de colonos que se está vendiendo como el hogar del futuro, pero que en realidad es parte de una reserva apache, y estos propietarios reales no son precisamente amistosos.
En ese sentido y guardando las distnacias, Horizon tiene cierta relación con un clásico tardío del western La Conquista del Oeste (1962), película que también cuenta historias de colonos del oeste, aunque en este caso de una famlia concreta. También podemos relacionarla con La Balada de Buster Scruggs (2018) de los hermanos Joel y Ethan Coen, aunque en este último caso se trata de un filme de episiodios y de humor negro.
Al igual que en la película de los Coen, el principal problema de Horizon es la irregularidad de las historias: unas están más logradas que otras. Entre las logradas destacan la historia inicial, con la masacre del primer pueblo de Horizon que protagonizan Sam Worthington y Sienna Miller entre otros, luego la historia de la caravana de carretas en la que aparecen Luke Wilson y Will Patton y la de la venganza, cerca al final en la que aparece Jeff Fahey. En cambio la historia en la que aparece Kevin Costner cuyo personaje mata a duelo a un asesino, defendiendo a un prostituta, no termina de convencer.
En conjunto parece tratarse de una producción más que aceptable, pero todavía no podemos concluir nada, porque no hemos visto el final.
Eso sí, todas las historias tienen un diseño de producción muy profesional, se han escogido con cuidado las locaciones, las cuales además se han fotografiado con gran habilidad resaltando su belleza, rescatando sus luces y sombras. Muchos de estos paisajes, tienen un inconfundible aire a los clásicos de John Ford, Howard Hawks, Anthonhy Mann, entre otros. La música de John Debney juega también un papel importante, sin sonar estridente, estorbar o imitar el estilo de otras composiciones, aunque en algún momento hay por allí algún homenaje a John Williams.
El cierre de Horizon nos deja con ganas, porque en realidad no lo es. Es una secuencia elíptica musicalizada que trata de concluir algo de lo que hemos visto y adelantarnos parte de lo que vendrá, pero para ello tendremos que esperar todavía un tiempo.
Creemos que por la gran cantidad de personajes e historias, esta producción habría funcionado mejor como miniserie, especialmente por el prestigio que están adquiriendo estas producciones en la era del streaming, pero todo indica que Costner peleó hasta lo último para que se estrene en salas. Al final parece que las siguientes partes irán de todas maneras al streaming, esperemos que sea para bien.
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