Pobres Criaturas

Desde sus inicios el cine Yorgos Lanthimos ha sido particulamente perturbador, no solo por las películas que hizo en su Grecia natal como Canino (Kynodóntas, 2009) sino también por sus trabajos posteriores en inglés con actores de Hollywood como El Sacrificio del Ciervo Sagrado (The Sacrifice of a Sacred Deer, 2017)  o La Favorita (The Favourite, 2018). Incluso sus trabajos más ligeros como la comedia The Lobster (2015) tenía su respectiva cuota turbadora.

Pobres Criaturas  (Poor things, 2023) no iba a a ser la excepción. Basada en la novela homónima de Alasdair Gray y con guion de Tony Mc Namara, la película es una mezcla de comedia negra, terror gótico, road movie y drama de autodescubrimiento pero todo ello mezclado con el estilo Lanthimos.

La película tiene tres partes bien marcadas. La primera mostrada en blanco y negro, nos presenta la casa del científico loco Godwin Baxter, que es una especie de isla del Dr Moreau, donde varios animales domésticos se pasean con la cabeza de otros. En ese entorno es donde ha "nacido" Bella, una joven que se ha suicidado y que ha sido reanimada por el doctor.

Esta primera parte es una curiosa reinterpretación de la novela gótica de Frankenstein, porque Godwin Baxter aunque muy inteligente es en realidad el monstruo de Frankenstein al que su padre realizó crueles operaciones transformándolo en ser horrible, aunque de trato aparentemente amable. Y este monstruo es el que crea su propia criatura, quien al contrario de él es un ser bello, inteligente, con muchas ganas de aprender, aunque con la edad mental de una infante.

Los tonos del blanco y negro, la escenografía y los decorados de esta parte rinden homenaje (aunque al Lanthimos style) a la películas de terror gótico de los años 30. La diferencia radica en los continuos cambios de lentes (se usan mucho el ojo de pez y el gran angular), y los nerviosos movimientos de cámara que nos ayudan a compenetrarnos con el mundo de Bella Baxter.

La segunda ya a a color, pero con unos colores muy saturados, inicia con el viaje de Bella a un Lisboa retrofuturista, totalmente estilizado y artificial que recuerda los escenarios y el color de las películas pintadas a mano de Georges Mellies. Ella es en cierta forma seducida por el abogado Duncan Wedderburn, y se inicia en el conocimiento del sexo y las relaciones con otros seres humanos.

Wedderburn ve que ella va a volar alto en cualquier momento y la secuestra en un viaje por barco, que presenta lugares todavía más estilizados que los escenarios anteriores. Pero la sed de conocimientos y experiencias de Bella es insaciable y termina por robar a Duncan y por ello ambos son obligados a desembarcar en Marsella de donde luego irán a París.

Aquí comienza la última parte, de apariencia algo más realista y sombría que las anteriores. En la capital francesa Bella conocerá a una "madame" quien con engaños la obliga a ejercer el meretricio, hasta que una carta del asistente de Godwin Baxter (el joven doctor Max McCandless quien por cierto estaba comprometido en matrimonio con Bella), anunciando la próxima muerte del médico, la obliga a regresar a Londres.

Todo este viaje de autoconocimiento de Bella es para el espectador como subirse a un tren que discurre por paisajes irreales, algunos de pesadilla. Aparte de la estética y el lenguae audiovisual de Lanthimos, es sumamente destacable el aporte de Emma Stone, quien compone una Bella completamente creíble y con la que a pesar de su extraña humanidad, no es difícil empatizar. Tiene casi asegurado su Oscar a mejor actriz.

Está acompañada de un gran reparto en el que brillan con luz propia el gran Willem Dafoe, Mark Rufallo ( a pesar de ser un villano algo caricaturesco) y el joven Ramy Youseff como el médico McCandless. Incluso los personajes que aparecen poco y tienen pequeños diálogos con Bella, están muy bien.

Mención aparte merece la extraña banda sonora de Jerskin Fendrix, la cual con sus distorsiones y disonancias, terminan por rendondear las particulares, excesivas y surrealistas atmósferas de varios momentos del film.

Pobres Criaturas no va a gustar a todos. Pero confirma a Lanthimos como uno de los cineastas más originales e interesantes de la actualidad.